Hubo un tiempo en el que los códigos de seguimiento tenían que añadirse manualmente a través de un sitio web, ya fuera como fragmentos separados o codificados directamente en la estructura del sitio. Esto a menudo provocaba un código desordenado, errores de seguimiento y dificultades para gestionar las actualizaciones, especialmente en sitios web que necesitaban varias etiquetas para análisis, publicidad y herramientas de terceros.
La introducción de Google Tag Manager (GTM) simplificó este proceso al proporcionar un sistema centralizado en el que todos los códigos de seguimiento se gestionan dentro de un único contenedor. En lugar de editar manualmente el código de un sitio web cada vez que se necesita una nueva etiqueta de seguimiento, GTM permite a los usuarios añadir, actualizar o eliminar etiquetas dinámicamente desde su interfaz, sin necesidad de realizar cambios directos en el código fuente del sitio web.
Con reglas y activadores predefinidos, GTM garantiza que las etiquetas necesarias se carguen sólo cuando sea necesario, mejorando el rendimiento y la precisión del sitio. Esto significa que los scripts de seguimiento para Google Analytics, Google Ads, Facebook Pixel y otras herramientas pueden configurarse y optimizarse en un solo lugar, reduciendo la dependencia de los desarrolladores y haciendo que el proceso sea mucho más eficiente.